Un anillo de 1900 años de antigüedad que contiene una imagen holográfica ha impresionado tanto a la gente corriente como al mundo científico por la interesante forma de fabricar la joya. El anillo de Tito Carvilio Gemello fue encontrado en el dedo de una matrona romana, la noble Aebutia Quarta, en una tumba Flavio-Trajana, ahora conocida como «Hipogeo de la guirnalda». La tumba fue descubierta recién en el año 2000 en la necrópolis de Grottaferrata, cerca de Roma.
La capilla subterránea contenía dos sarcófagos de mármol de excelente factura, con decoraciones en relieveinscrito con los nombres de los dos fallecidos: Carvilio Gemello y Aebutia Quarta.
Para gran sorpresa de los arqueólogos, cuando abrieron los sarcófagos encontraron que los cuerpos aún estaban intactos: embalsamamiento al que fueron sometidos permitió un extraordinario estado de conservación, tanto es así que los restos de Carvilio pasaron a ser conocidos como «Momia de Roma».
El cuerpo de Carvilio estaba envuelto en un sudario y completamente cubierto de flores. Grandes guirnaldas en buen estado cubrían la mitad superior del cuerpo, situándose una de ellas alrededor de la cabeza. Su fémur fue encontrado fracturado en dos lugares. Además, se encontró un alto porcentaje de arsénico en el pelo, por lo que se hipotetizó que las circunstancias de su muerte fueron tanto una septicemia provocada por una herida o una caída de un caballo, como también una envenenamiento.
Carvilio había muerto bastante joven, con sólo 18 años, mientras que su madre, Aebutia, le siguió unos años más tarde, con entre 40 y 45 años.
Un anillo de 1900 años presenta un impresionante efecto holográfico
El cuerpo de Aebutia era apenas perceptible ya que estaba cubierto por un manto vegetal formado por cientos de pequeñas guirnaldas. Sobre la cabeza se colocaba una peluca bien conservada, envuelta en una red tejida con doble hilo fino de oro, rematada con una trenza.
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En el dedo llevaba el anillo de oro, con un bisel de cristal de roca trabajado en cabujón, a través de cuya superficie superior convexa se veía el busto de una figura masculina finamente ejecutado sobre una lámina de microrrelieve. Así se creó una imagen holográfica que fascina al espectador, especialmente teniendo en cuenta la edad de la joya.
El efecto luminoso de la lente de cristal da una profundidad misteriosa a la imagen del difunto. Al parecer, tras la pérdida de su amado hijo, Aebutia encargó el precioso anillo de oro para mantener viva su memoria.
El anillo se exhibe actualmente en el Museo Arqueológico Nacional de Palestrina.
