Es bastante común hoy en día que alguien anuncie en las redes sociales que ha encontrado evidencia de viajes en el tiempo en una pintura antigua.
Después de la «chica del teléfono móvil», inmortalizada en un cuadro del siglo XIX, la «presencia imposible» en este caso se puede encontrar en un cuadro realizado en 1562 por el artista flamenco Pieter Bruegel el Viejo y conservado en el Kunsthistorisches Museum de Viena. .
Según algunos, el artista también incluyó a los dinosaurios en esta obra (no supimos de su existencia hasta el siglo XIX).
En realidad, la pintura representa un evento descrito en un pasaje bíblico, el suicidio del rey Saúl en el monte Gilboa después de su derrota por los filisteos: la escena está profusamente detallada, incluidos varios soldados a lomos de lo que algunos postulan que son braquiosaurios.
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¿Cómo es esto posible? De hecho, no es posible. Es casi seguro que los animales en cuestión sean camellos (animales también mencionados en el pasaje bíblico en cuestión), pero en pocas palabras, su calidad deja mucho que desear, ya que quien los pintó no tenía disponible un modelo «en foto» de en el que inspirarse. En los talleres de pintura de esa época, el fondo, los detalles, las cortinas, la arquitectura a menudo se dejaban en manos de los aprendices y estudiantes, mientras que el maestro sólo se ocupaba de las cosas importantes y pasaba rápidamente al siguiente orden, por lo que es posible que los «dinosaurios» fueron agregados por un aprendiz menos talentoso.
Al fin y al cabo, lo mismo les pasaba a los leones de muchas pinturas medievales europeas, que no son reproducciones precisamente fieles.
