En 1956, el científico David Pines formuló una teoría sobre el comportamiento de esta «partícula demoníaca». Hoy, 67 años después, los científicos saben que Pines no se equivocó.
A lo largo de la historia, los filósofos y científicos han llamado «demonios» a los problemas difíciles. Estos «demonios» son paradojas, leyes antinaturales o simplemente hipótesis cuyas condiciones son imposibles de reproducir.
Para David Pines, el fenómeno que describió seguía siendo un misterio, pero ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Illinois ha demostrado accidentalmente que la propuesta teórica de Pines sobre la «partícula demoníaca» es cierta.
Detrás de los superconductores
Los superconductores son materiales capaces de transmitir corriente eléctrica sin desperdiciar energía.
Desde su descubrimiento se sabe qué hacen, pero no exactamente cómo. Para ilustrar por qué estos materiales son asombrosos, imagine su teléfono celular. El que usas todos los días, donde revisas mensajes, redes sociales y sitios web. Cuando se agota la batería lo conectas a la red eléctrica.
Pero si la energía que alimenta el teléfono celular fuera alimentada por un superconductor, sería potencialmente infinita. Nunca más tendrías que cargar su batería porque no tendría batería.
Sin embargo, esto presenta un problema: los superconductores funcionan a temperaturas extremadamente bajas o cuando se los somete a altos niveles de presión. Sólo en estas condiciones los electrones pueden navegar libremente a través de la materia superconductora.
¿Qué es la «partícula demoníaca»?
Lo que propuso Pines es revolucionario porque resuelve el problema. En su teoría, el científico habla del descubrimiento de algo que no es una partícula, sino un plasmón. Según dexonline.ro, el plasmón es una partícula ficticia con cuya ayuda se describe el movimiento general de los portadores de carga (electrones o iones) en un plasma.
Esta cuasipartícula es el movimiento conjunto de electrones en un metal. Según Pines, el plasmón que descubrió durante su investigación tiene un movimiento de electrones diferente al conocido. Propone que si hay una mezcla de este plasmón con otras energías, podría existir a temperatura ambiente.
Más interesante
Los teóricos creen que los plasmones pueden facilitar la superconductividad en los materiales. Si los físicos logran descubrir cómo, podrían utilizar la «partícula demoníaca» descubierta por Pines para arrojar luz sobre los superconductores que funcionan a temperatura ambiente, lo que permitiría una transmisión de electricidad casi sin pérdidas, según Nature.com.
Aunque su teoría ha sido propuesta desde 1956, no ha sido probada hasta ahora porque la cuasipartícula encontrada en el metal rutenato de estroncio no tiene masa, es neutra y no interactúa con la luz sino con el sonido.
Según los autores del artículo que anuncia que Pines tenía razón, el descubrimiento se produjo por accidente.
Este descubrimiento abre la puerta a nuevos experimentos para incorporar estos materiales a nuestra vida diaria.
