Estos misteriosos artefactos fueron creados hace muchos siglos en grandes cantidades por razones desconocidas y terminaron siendo meros adornos.
Se han encontrado 300 petrosferas, también conocidas como «bolas de piedra», en el Delta del Diquís y la Isla del Caño en Costa Rica. Las esferas, que tienen una apariencia perfectamente redonda, se atribuyen comúnmente a la extinta cultura Diquís y son las tallas en piedra más conocidas de la zona istmocolombina.
En la década de 1930, la United Fruit Company estaba limpiando tierras en el Valle del Diquís en Costa Rica cuando los trabajadores comenzaron a descubrir una gran cantidad de esferas de piedra casi perfectamente redondas. La mayor de estas esferas, sin duda creada por el hombre, mide más de dos metros de diámetro y pesa más de 16 toneladas.
Nadie sabe realmente por qué se hicieron. Hay muchas teorías pero poca evidencia. Algunos creen que eran un símbolo de rango, otros creen que eran simplemente símbolos tribales.
Probablemente fueron producidos por una civilización humana extinta que existió en la zona durante el Período Aguas Buenas (300-800 d.C.) y el Período Chiriquí (800-1550 d.C.). Su cultura desapareció tras la conquista española.
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El único método disponible para fechar piedras talladas sería la estratigrafía, pero la mayoría de las piedras ya no se encuentran en sus ubicaciones originales.
Cuando se descubrieron las esferas por primera vez, hubo rumores de que había oro escondido en su interior, por lo que los trabajadores comenzaron a perforarlas y abrirlas con dinamita. Desafortunadamente, muchas de las esferas fueron destruidas antes de que las autoridades intervinieran y detuvieran el vandalismo.
Algunas de las esferas de dinamita han sido reensambladas y actualmente se encuentran en exhibición en el Museo Nacional de Costa Rica en San José.
Las esferas de piedra son consideradas un símbolo nacional en Costa Rica, por lo que se exhiben en edificios gubernamentales.
Existen muchos mitos sobre estas piedras. Según uno de ellos, las esferas antiguas fueron traídas de la Atlántida. Además, algunos opinan que fueron creados por la naturaleza y no son obra del hombre.
En la cosmogonía bribri del grupo Cabecares, las esferas de piedra son «las balas de cañón de Tara». Según la leyenda, Tara o Tlatchque, el dios del trueno, utilizó un enorme cañón para disparar bolas a Serkes, los dioses de los vientos y los huracanes, para expulsarlos de estas tierras.
Hasta la fecha, casi todas las esferas han sido retiradas de sus ubicaciones originales, en su mayoría para terminar como meros adornos, lo que dificulta aún más su investigación.
