El segundo río más largo de Sudamérica, el Paraná, que tiene una longitud de 4.880 kilómetros, atraviesa tres países: Brasil, Paraguay y Argentina. 4.880 kilómetros no es una distancia corta y ofrece muchas oportunidades para descubrir cosas increíbles.
En el caso del río Paraná, uno de los descubrimientos más interesantes se realizó en su delta: una isla de 120 metros de diámetro, de forma casi completamente circular y flotando sobre su eje.
Las llamadas islas flotantes se encuentran en muchas partes del mundo, entre ellas Finlandia, Turquía, Italia, Serbia, el delta del Danubio en Rumania y Ucrania, el lago Titicaca en la frontera entre Bolivia y Perú, el lago Loktak en la India y muchos otros lugares. Sin embargo, esta isla argentina destaca por su forma y su continua rotación.
Más interesante
Las islas flotantes suelen tener su base en grandes raíces que han llegado al agua y sobre las que empiezan a crecer otras plantas acuáticas. Las plantas que se encuentran a lo largo de la costa de los humedales a menudo se extienden tierra adentro desde la costa hasta donde sus raíces ya no llegan a las partes más profundas del lago o río. Cuando esto sucede, utilizan el oxígeno de su masa de raíces como flotabilidad y la vegetación circundante como apoyo para sobrevivir en el agua.
Sin embargo, tormentas violentas ocasionales pueden arrancar estas islas flotantes de vegetación, que luego pueden ser arrastradas por el viento de un extremo al otro del lago. Por lo general, recuperan la paz a lo largo de la orilla o son completamente destruidos por los fuertes vientos.
Sin embargo, en algunos casos, las islas flotantes pueden existir por períodos más largos. Por ejemplo, en el lago Titicaca antes mencionado, un grupo de 120 islas fue ocupado por una tribu indígena, los Uru, pero estas islas requieren un mantenimiento constante para sobrevivir.
La inusual isla conocida sólo como «El Ojo» (La Isla del Ojo) se formó por las corrientes que mantienen la isla circular en constante movimiento.
La isla fue descubierta por el cineasta argentino Sergio Neuspiller, que buscaba una localización para una de sus películas sobre fenómenos paranormales, cuando se topó con la isla en el delta. En ese momento no sabía que el trozo de tierra giraba lentamente; se enteró poco después cuando regresó al lugar y se sorprendió al ver que mientras tanto la isla se había movido a otro lugar. El movimiento también se puede ver en imágenes satelitales de Google tomadas en diferentes momentos.
