En el fascinante pueblo medieval de Biertan, en el condado de Sibiu, se encuentra una pequeña casa conocida como la «prisión matrimonial». Aquí es donde antiguamente se enviaba a las parejas cuyos matrimonios estaban en problemas para resolver sus problemas. Los cónyuges eran encarcelados hasta seis semanas en esta prisión matrimonial. Se decía que el método era tan eficaz que los registros muestran que sólo ha habido un divorcio en la zona en los últimos 300 años, según amusingplanet.com.
Biertan es uno de los más de 150 pueblos de Transilvania que todavía conserva una iglesia fortificada. Estas iglesias fueron construidas entre los siglos XIII y XVI, una época en la que Transilvania era parte del Reino de Hungría y el Imperio Otomano estaba en auge. Para defenderse de las invasiones otomanas y tártaras, las ciudades más importantes de la región fueron completamente fortificadas, y las comunidades más pequeñas crearon fortificaciones centradas en las iglesias donde agregaron torres de defensa y almacenes para almacenar sus bienes más valiosos y ayudarlos a resistir largos asedios.
En Biertan, la estructura más importante era la iglesia, que se asienta sólidamente en la cima de una colina, con muros que se extienden hacia el campo circundante. En el cementerio hay un pequeño edificio con una pequeña habitación.
Las parejas que acudían al obispo local para pedir el divorcio eran enviadas a prisión matrimonial durante un máximo de dos semanas para resolver sus problemas.
La habitación estaba amueblada de forma sencilla con una mesa y una silla, un arcón y una cama tradicional sajona. La pareja que intentaba reparar su matrimonio tuvo que compartir todo, desde una sola almohada y una manta hasta un solo plato y una cuchara.
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Según el luteranismo, la religión de los sajones de Transilvania, el divorcio estaba permitido en determinadas circunstancias, como el adulterio. Pero era preferible que las parejas intentaran salvar su matrimonio. En caso de divorcio, el marido tenía que pagar a la ex esposa la mitad de sus ingresos, pero si ella se volvía a casar y se divorciaba de nuevo, la segunda esposa no tenía derecho a nada.
