Los hermanos Lumière: pioneros del cine y la fotografía

Alberto H Por Alberto H 7 minutos de lectura
Los hermanos Lumière: pioneros del cine y la fotografía

La familia Lumière era una familia con un apellido siniestro. La luz, en todas sus formas, estaba detrás de sus inventos. Sin embargo, su historia comenzó en un país ensombrecido por la invasión prusiana de 1870.

La humillación de la derrota se vio agravada por la sangrienta revolución de la Comuna de París. Para tener una vida tranquila y estar lejos de peligros, el matrimonio Antoine Lumière y Jeanne-Joséphine Costille decidió mudarse lejos de casa. La pareja abandonó la ciudad fronteriza –Besançon– y se instaló en la ciudad de Lyon.

Tras instalarse en Lyon, Antoine abrió un estudio de fotografía en el centro de la ciudad. La gente estaba fascinada. Su negocio atrajo a la rica burguesía de la Place Bellecour. Antoine siempre exhibía los retratos en el escaparate para atraer aún más clientes. También sedujo a los habitantes más populares del barrio de Guillotière, ofreciéndoles pequeñas fotografías que vendió por un franco. En medio de la vitrina exhibía un autorretrato apoyado en su cámara y equipo fotográfico.

En 1877, sus hijos, Auguste y Louis Lumière, se matricularon en la escuela técnica de La Martinière, donde se educaba de manera estricta a los futuros empresarios de la industria. Mientras Auguste mostraba interés por la medicina y la biología, Louis hacía su aprendizaje en física y química. Pero, apasionado del piano, también tomó clases en el conservatorio.

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La primera película de los hermanos Lumière mostraba la avalancha de trabajadores de la fábrica de su padre.

Los hermanos Lumière: pioneros del cine y la fotografía

En 1881, con sólo 17 años, Louis había hecho varios intentos de «detener el movimiento en fotografías»: el humo de un fuego de paja en el jardín, o su hermano arrojando un cubo de agua. Acababa de inventar la instantánea que, como lo habían hecho los pintores impresionistas una década antes, capturaba el momento y su luz fugaz. Este descubrimiento fue publicado en el Boletín de la Sociedad Fotográfica Francesa y causó gran admiración entre sus colegas de todo el mundo.

Poco después, Antoine Lumière compró un terreno en el suburbio de Monplaisir. En unos 10 años, la familia Lumière construyó en ese terreno la fábrica de fotografía más grande de Europa y creó una marca de placas fotográficas que lleva su nombre, llamada «Etiqueta Azul» por el color de la caja. Las ventas masivas de sus productos los enriquecieron rápidamente y permitieron a los hermanos dedicarse a la investigación. En 1883, a medida que su negocio se expandía, los hermanos Lumière convocaron un concurso público para reclutar investigadores para sus laboratorios; aunque solicitaron titulados universitarios, los hermanos Lumière prefirieron contratar técnicos formados en el Lycée de La Martinière.

La creación de la empresa familiar (Antoine Lumière & Sons) supuso cambios sustanciales en sus vidas. Del antiguo taller a orillas del Ródano se trasladaron a una villa moderna a la que llamaron Château Lumière. Gracias a su talento, la familia poco a poco se hizo un nombre en la alta sociedad. Pero no todos los miembros de la familia Lumière reaccionaron de la misma manera ante su nueva riqueza: mientras el padre padecía la «enfermedad de la piedra», es decir, construyó más casas, los hijos, en cambio, realizaban actos de caridad.

Una vez que los dispositivos ópticos se hicieron populares, las representaciones audiovisuales se pusieron de moda y investigadores como Louis Leprince y Thomas Edison registraron patentes, lo que aceleró la carrera hacia el cine. Entonces a Louis Lumière se le ocurrió la solución: el «cine».

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El aparato constaba de una caja de madera con una lente y una película perforada de 35 mm. La película se puso en marcha para tomar las instantáneas que componían la secuencia (que no duró más de un minuto) y luego se proyectó en una pantalla.

Desde principios de 1894, los hermanos Lumière comenzaron a probar filmaciones con su nueva cámara que, colocada frente a la entrada principal de su propia fábrica, intentaba presentar el final de la jornada laboral. Así, hicieron tres versiones de la película «Saliendo de la fábrica Lumière» antes de proyectarla en su primera proyección pública, que tuvo lugar el 28 de diciembre de 1895 en la famosa Sala India del Grand Café de París.

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En busca de colores

A raíz del éxito, la familia Lumière encargó al ingeniero Jules Carpentier la fabricación de un gran número de cámaras, nombró agentes de la empresa en las principales capitales de Europa y América y formó a jóvenes operadores dispuestos a viajar a los cinco continentes para filmar escenas de centros locales.

La contratación fue fácil y barata: entrevistaron a recién graduados de las mejores facultades y escuelas técnicas de Lyon y les dieron un curso intensivo de filmación y proyección. También les proporcionaron el equipo técnico y las credenciales necesarias para realizar su trabajo en todo el mundo.

Mientras tanto, los hermanos Lumière, además de gestionar sus negocios, continuaron sus investigaciones para obtener una fotografía en color en una sola plancha.

Los hermanos Lumière: pioneros del cine y la fotografía

Su investigación abarcó desde la técnica de coloración manual utilizada por los japoneses en sus grabados (como los recopilados por Claude Monet) hasta placas de vidrio translúcido que pueden proyectarse en una pantalla. De hecho, en sus fábricas de Monplaisir desarrollaron un proceso conocido como «tricromía», que los camarógrafos de la empresa presentaban como pruebas fotográficas en color tras las sesiones de rodaje.

Los hermanos Lumière: pioneros del cine y la fotografía

El primer sistema para realizar fotografías en color fue creado en 1903, por los hermanos Auguste y Louis Lumière, denominándose «Autochrome Lumière» o «placa fotográfica autocromática Lumière». Cuatro años más tarde, las primeras placas fotográficas en color estuvieron a disposición del público.

La coloración de los fotogramas en blanco y negro se realizó manualmente, fotograma a fotograma. Estas películas eran películas en color más que películas en color. Sin embargo, el mundo quedó fascinado y la industria de la fotografía despegó, estando en permanente desarrollo.

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