Conozca Cupriavidus metallidurans, una bacteria que puede absorber compuestos ricos en metales pesados tóxicos, extraer oro de estos metales y extraer pequeñas pepitas de oro. Sí, lo leiste bien. Cupriavidus metallidurans puede convertir los desechos en tesoros.
Esta bacteria vive en suelos enriquecidos con numerosos metales pesados. Como si eso no fuera suficiente, con el tiempo, ciertos minerales en estos suelos se desintegran y liberan metales pesados tóxicos e hidrógeno al medio ambiente como un volcán enojado. Pero esto es beneficioso para Cupriavidus metallidurans.
«Si un organismo elige sobrevivir aquí, debe encontrar una manera de protegerse de estas sustancias tóxicas», dijo en un comunicado el profesor Dietrich H. Nies, microbiólogo de la Universidad Martin Luther en Halle-Wittenberg y autor principal del estudio. .Nuevo estudio sobre Cupriavidus metallidurans.
Junto con su homólogo australiano, el profesor Frank Reith de la Universidad de Adelaida, Nies logró demostrar en 2009 que esta bacteria es capaz de depositar oro biológicamente como parte de su proceso de autoprotección. Sin embargo, las razones y mecanismos exactos detrás de este fenómeno siguen siendo un misterio hasta ahora.
Tanto el cobre como el oro son tóxicos en grandes cantidades, y los Cupriavidus metallidurans optaron por depender del cobre para sobrevivir. Como se mencionó anteriormente, el suelo en el que crece abunda en metales pesados tóxicos, que la bacteria metaboliza.
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¿Cómo? Bueno, si hay una cantidad excesiva de cobre, esta bacteria puede sacar su arma secreta, una enzima única conocida como CupA, para eliminar el exceso de cobre y mantenerse en óptimas condiciones.
Sin embargo, cuando hay oro presente, ocurre un hecho curioso. Los compuestos de cobre y oro son como un dúo tóxico, por lo que la bacteria tiene que tomar medidas extremas para protegerse. Para lograrlo, CupA se vuelve inerte y se activa una enzima alternativa, CopA, convirtiendo los compuestos de cobre y oro en algo mucho menos absorbible.
Esto garantiza que entren menos compuestos de cobre y oro en el interior de la célula, según Nies. La bacteria es menos venenosa y la enzima que bombea cobre puede eliminar el exceso de cobre sin obstáculos. Otra consecuencia: los compuestos de oro difíciles de absorber se transforman en la zona exterior de la célula en pepitas de oro de sólo unos pocos nanómetros de tamaño.
Cupriavidus metallidurans juega un papel crucial en la creación de oro secundario que se encuentra en la naturaleza después de la desintegración de minerales de oro primarios formados geológicamente. Esta bacteria transforma las partículas de oro venenosas creadas durante la erosión (el complejo proceso de transformación de rocas y minerales bajo la acción de factores físicos, físico-mecánicos, químicos o biológicos) en partículas inofensivas, dando como resultado la formación de pepitas de oro brillantes. ¿Quién dice que la alquimia es un mito?
El estudio, publicado en Metallomics, proporciona información valiosa sobre la segunda mitad del ciclo biogeoquímico del oro.
En este caso, otras bacterias convierten el oro metálico primario en compuestos de oro móviles y tóxicos, que se convierten nuevamente en oro metálico secundario en la segunda mitad del ciclo. Una vez que se comprende todo el ciclo, también se puede producir oro a partir de minerales que contienen sólo un pequeño porcentaje de oro, sin necesidad de enlaces tóxicos de mercurio, como ocurría anteriormente.
Lo que significa, en la práctica, que se puede obtener oro sin dañar el medio ambiente.
