Todos sabemos que los antiguos romanos eran ingenieros expertos que construían vastas carreteras para cubrir los vastos territorios que conquistaban. ¿Pero sabías que también tuvieron en cuenta las tendencias de la moda? En el Imperio, el calzado se utilizaba como símbolo de estatus, además de proporcionar protección a las plantas. Y dada la reputación de Italia por el calzado, no debería sorprender que sus antepasados romanos también fueran buenos zapateros.
En el siglo XIX, se descubrió y excavó un fuerte romano en Saalburg, Alemania. Ahora es Patrimonio de la Humanidad oficial de la UNESCO y alberga un museo que alberga reliquias romanas encontradas en el lugar. Uno de los objetos más impresionantes expuestos es un zapato romano de intrincado diseño, que estaba de moda en la época.
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El zapato en sí se encontró en un pozo dentro del fuerte, pero ahora se encuentra en el museo de Saalburg, junto con otros pares de zapatos romanos antiguos. Pero lo que hace que este zapato se destaque de otros son los intrincados adornos que tiene.
Los antiguos romanos (y especialmente las mujeres) a veces mostraban su riqueza y estatus en la sociedad a través de los zapatos que usaban. Y este zapato ciertamente transmite riqueza.
Este tiene una suela más pesada, lo que significa que fue diseñado para uso en exteriores. La suela más ligera significaba que los zapatos se usaban en interiores, lo que era popular entre los más ricos de la sociedad. Sin embargo, este zapato presenta bordados y diseños decorativos, lo que significa que probablemente perteneció a una mujer rica, ya que los adornos más sofisticados significaban que una mujer tenía un cierto estatus en la sociedad.
Los antiguos romanos tenían varios tipos diferentes de zapatos y cada par tenía un propósito específico. Además de los zapatos para interior y exterior, los romanos fabricaban zapatos específicamente para uso teatral, tenían botas de lluvia y los senadores también tenían su propio estilo de calzado.
Aunque el fuerte de Saalburg se descubrió hace mucho tiempo, todavía se siguen encontrando artefactos. Fue construido alrededor del 90 d.C. en la frontera del Imperio Romano y en un momento albergó a 2.000 habitantes dentro del fuerte, y se formó un pueblo a su alrededor. El fuerte permaneció activo hasta el año 260 d.C., cuando una crisis política y económica provocó su desmantelamiento, y ahora está protegido como Patrimonio de la Humanidad desde 2005.
