Cuenta la historia que uno de los mayores conquistadores de la historia, Atila el Huno, quien invadió y asoló la mitad occidental y oriental del Imperio Romano durante el siglo V d.C., murió en su noche de bodas a la edad de 58 años.
Sin embargo, la historia de Atila el Huno es intrigante por cómo murió y dónde fue enterrado. Si murió por causas naturales o fue asesinado por su esposa, Ildiko, es una cuestión que suscita mucho debate tanto en el mundo científico como fuera de él.
El misterio provocado por su repentina muerte, así como el lugar de enterramiento no registrado en los siglos siguientes, provocó una búsqueda febril del lugar donde fue enterrado, que, según una fuente antigua, contiene una inmensa cantidad de tesoros.
¿Qué nos dicen las fuentes antiguas?
Atila el Huno era el gobernante del imperio que se extendía desde la actual Alemania hasta los Urales y desde el Danubio hasta el Mar Báltico. Obtuvo poder absoluto sobre las tribus hunas tras matar a su hermano Bleda y logró lo que nadie antes había hecho: unir a todas las tribus desde el Volga hasta el actual territorio de Alemania.
En fuentes latinas, permanece registrado como «Flagellum Dei», que significa «Látigo de Dios». Atila amenazó pero nunca saqueó Roma y Constantinopla. Sin embargo, Atila obligó a los emperadores a pagarle enormes sumas de oro a cambio de acuerdos de paz que muchas veces no duraban mucho.
Y aunque se sabe mucho sobre sus días de gloria, no sabemos casi nada sobre su entierro.
Sólo hay una fuente sobre el entierro de Atila. Esa fuente es el escritor antiguo del siglo VI Jordanes, quien escribió en su obra Getica que Atila fue enterrado en un ataúd de tres capas.
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La parte interior era de oro, la segunda de plata y la última de hierro. Según esta fuente, el oro y la plata simbolizaban la riqueza que había adquirido Atila, mientras que el hierro significaba la superioridad militar de los hunos. Sin embargo, esta no fue la única riqueza, ya que se dice que Atila fue enterrado con joyas y armas.
Por cierto, se dice que todos los constructores de la tumba fueron asesinados para mantener el lugar en secreto. Jordanes cita los escritos de Prisco como fuente de toda la información anterior. Prisco fue un diplomático romano que tuvo contacto con Atila y su corte.
Un lugar misterioso
Los científicos afirman que no se sabe dónde se encuentra la tumba ni si se ha conservado algo de ella. Algunas de las hipótesis mencionan que podría estar en la Gran Llanura Húngara, pues se sabe que allí se ubicaba su cuartel militar. Por tanto, según los científicos, lo más probable es que fuera enterrado en sus proximidades.
También existe la posibilidad de que la tumba ya haya sido encontrada, pero no esté relacionada con Atila. Un ejemplo de ello es el tesoro de objetos de oro en Nagyszéksós, Hungría.
Los hallazgos de este tesoro coinciden con el apogeo del dominio huno en esta región, pero no está claro si estos artefactos estaban destinados a alguien o si fueron enterrados y olvidados apresuradamente.
Sin embargo, los científicos no pueden ponerse de acuerdo sobre si se descubrirá. Mientras algunos afirman que puede permanecer oculta para siempre, otros están seguros de que en el futuro un equipo de investigación descubrirá la misteriosa tumba.
