En el mundo griego antiguo, había cuatro elementos importantes: Tierra, Aire, Fuego y Agua, elementos que describían todo en el universo conocido. El aire, al ser cálido y húmedo, era lo opuesto a la Tierra fría y seca, mientras que el Agua, con sus propiedades frías y húmedas, anulaba perfectamente el elemento cálido y seco del Fuego, según iflscience.com.
El fuego griego, como se lo conocía en el mundo medieval, era un arma mortal y aterradora, y como tenía la propiedad de arder incluso en agua, parecía desafiar las leyes de la física.
¿Pero qué fue? ¿De dónde vino? Y, lo que es más misterioso, ¿por qué desapareció?
¿Fuego griego o fuego romano?
La sustancia (o sustancias) que hoy conocemos como «fuego griego» se utilizó en el Imperio Bizantino desde el siglo VII d.C.
Y para el mundo medieval, los bizantinos no eran griegos: eran romanos. El fuego romano es, de hecho, uno de los nombres originales del arma.
No fue hasta muchos siglos después cuando se empezó a utilizar el término “fuego griego” para denominar al arma más aterradora del mundo medieval.
Lo segundo que hay que saber sobre el fuego griego es que el arma probablemente se inventó como venganza.
Aunque no hay mucha evidencia de esta tecnología, la historia generalmente aceptada sobre el origen del fuego griego sitúa su invención en manos de Kallinikos de Heliópolis. Kallinikos, un refugiado judío de habla griega, huyó de la Siria bizantina cuando fue invadida por el califato musulmán Rashidun. Al llegar a Bizancio (la capital del Imperio), que más tarde pasaría a llamarse primero Constantinopla y luego Estambul, se dedicó inmediatamente a crear un arma capaz de poner en fuga a los mismos ejércitos que le habían obligado a huir de Heliópolis.
Según fuentes árabes contemporáneas, el primer uso del fuego griego contra ellos se produjo durante la «Guerra de los Siete Años» del 674 al 80 d.C. Y tuvo un éxito increíble: “Apoyándose en esta arma, los bizantinos lograron ahuyentar a la flota árabe y levantar el sitio de Constantinopla.
Fue una victoria que algunos estudiosos modernos consideran una de las más importantes de la historia.
Pero ¿qué era exactamente el fuego griego?
El fuego griego, como lo llamaban los cruzados, también se llamaba «fuego líquido», «fuego romano» o «fuego marino». No fue la primera arma incendiaria utilizada en combate. Sin embargo, históricamente fue un arma aterradora.
El fuego griego se utilizó principalmente para incendiar barcos enemigos desde una distancia segura. Su característica única era su capacidad de permanecer encendido en el agua durante un cierto período de tiempo. Esto impidió que el enemigo apagara las llamas durante las batallas navales.
Se dice que la misteriosa arma producía un fuerte rugido y mucho humo, y era tan efectiva que el enemigo se asustaba al ver las llamas.
Los documentos históricos dicen que el fuego griego destruyó casi cualquier superficie. Sorprendentemente, sólo se pudo extinguir con una mezcla de vinagre, arena y orina.
Pero, lo más sorprendente es que, aún a día de hoy, no se sabe exactamente qué era el fuego griego. Se sabe que siempre se ha descrito como un líquido inflamable.
La mayoría de los eruditos modernos sospechan que el fuego griego se basó en un tipo de petróleo crudo o refinado, probablemente nafta, que podía encontrarse fácilmente en los pozos naturales alrededor del Mar Negro. Mezclado con una combinación desconocida de otros ingredientes, el fuego griego se convirtió en el equivalente medieval del napalm.
Las sugerencias para estas adiciones incluyeron resinas, alquitrán de pino, grasa animal, brea, azufre, cal viva, betún y otros. Sin embargo, al desconocerse la composición exacta del fuego griego, no ha sido posible reproducirlo.
Es cierto que el fuego griego era un secreto de Estado bien guardado. Al menos así fue durante mucho tiempo.
Cuesta imaginar qué sensación y, sobre todo, qué miedo debió causar en aquel momento esta arma. Es comprensible que la gran ventaja del Imperio Bizantino fuera, sobre todo, el hecho de que sólo el creador del arma y un grupo limitado de confidentes del monarca tenían instrucciones para la fabricación y uso de esta devastadora arma. Y así es exactamente como permanecería durante décadas. Las instrucciones de fabricación se han transmitido de generación en generación, y los monarcas transmiten el secreto a sus herederos con la estipulación de que deben protegerlo de todas las formas posibles.
Los bizantinos continuaron utilizando esta arma durante siglos, y su uso no se limitó a las batallas navales.
Más interesante
El arma incendiaria se utilizó de muchas formas, tanto en el mar como en tierra. Se utilizó no sólo para quemar torres de asedio, sino también contra las fortificaciones enemigas.
Había una versión portátil del arma llamada cheirosiphōn (cheirosiphon), que era algo así como una versión antigua de un lanzallamas.
Además, los bizantinos solían llenar vasijas de barro con fuego griego para poder arrojarlas al enemigo, como si fueran granadas.
Desde el siglo VII hasta la caída de Constantinopla el 29 de mayo de 1453, esta arma bizantina fue importante para proteger el imperio bizantino.
El fin del fuego griego
Esta arma en particular, que atormentó a los oponentes del Imperio Bizantino durante siglos, comenzó a perder popularidad a principios del siglo XIII. El secreto del arma bizantina se mantuvo bien durante mucho tiempo, pero la receta finalmente salió del imperio y llegó a sus enemigos.
En 1218, durante la Quinta Cruzada en Egipto, los árabes también utilizaron el fuego griego, lo que indica claramente que conocían el secreto del fuego griego. Las últimas referencias al fuego datan de mediados del siglo XV, cuando fue utilizado tanto por bizantinos como por turcos en la conquista de Constantinopla.
