Erigido por orden de Pericles a finales del siglo V a. C., el Erecteion fue el último edificio construido en la famosa colina de Atenas. Construido sobre las ruinas de un antiguo santuario destruido por los persas, el templo del Erecteión es, según la mitología griega, el lugar de la disputa entre Poseidón y Atenea para decidir quién protegerá la ciudad.
A lo largo de los siglos, albergó numerosos tesoros y reliquias, entre ellos el Paladion, las tumbas de Cecrope y Erecteo (dos soberanos atenienses), además de un pozo de agua salada y un olivo sagrado, regalos míticos concedidos a los habitantes por Poseidón y, respectivamente, Atenas. El olivo ha resistido la prueba del tiempo y aún hoy se puede admirar.
Arruinado por un incendio, el Erecteion se convirtió en iglesia en el siglo VII, luego se convirtió en palacio bajo la ocupación franca y albergó un harén en la década de 1460. Por lo tanto, hoy en día es difícil saber con seguridad cómo mostraba la primera versión del templo.
El Erecteion se distingue de otras estructuras de la Acrópolis de Atenas por su diseño y ornamentación inusuales. A diferencia de la mayoría de los monumentos religiosos, éste no rinde homenaje a ningún dios o diosa en particular.
Se compone de varios santuarios, anexos y pórticos, dispuestos en una armoniosa mezcla de sencillez y sofisticación.
Sin embargo, el esplendor y la fama del Erecteion reside en sus suntuosas cariátides: estas estatuas, que representan mujeres jóvenes vestidas con túnicas, sustituyen a las columnas que suelen sostener la parte superior de un edificio.
Sin embargo, las seis cariátides del Erecteion son reproducciones; cinco de los originales se encuentran en el Museo de la Acrópolis de Atenas y el último en el Museo Británico de Londres.