Henri Coandă fue uno de los inventores e ingenieros más destacados de la historia de la aviación.
Nacido el 7 de junio de 1886 en Bucarest, Rumania, Coandă tuvo una carrera particularmente prolífica, que marcó la historia de la aviación a través de sus notables innovaciones. Entre sus logros más conocidos se encuentran la creación del primer avión a reacción y sus importantes contribuciones al campo de la aeronáutica y la ingeniería.
Henri Coandă mostró interés por la aviación desde temprana edad, inspirado por los trabajos de pioneros de la aviación como los hermanos Wright y Otto Lilienthal. Sus estudios en ingeniería mecánica le dieron una base sólida para explorar el campo de la aviación.
En 1916, en Francia, en las fábricas «Delauney-Belleville» de St. Denis Coandă construyó un avión equipado con dos hélices propulsoras, montadas en la parte trasera del fuselaje. Pero esta no fue su creación más importante.
El primer avión a reacción
La creación del primer avión a reacción fue el punto culminante de la carrera de Coandă. En 1910, construyó el avión Coandă-1910, propulsado por un motor de combustión interna de pistón. Este avión fue el primero en el mundo en poder volar únicamente con propulsión a chorro (jet).
Este fue un momento crucial en el desarrollo de la aviación moderna y abrió nuevos horizontes en el campo del vuelo, siendo el avión a reacción el precursor de los turborreactores actuales.
El avión de Coandă se diferenciaba de los modelos tradicionales de la época, ya que utilizaba un sistema de propulsión basado en el chorro de gas resultante de la quema de combustible. El motor a reacción libera un rápido chorro de fluidos para generar contrapresión de acuerdo con la tercera ley del movimiento de Newton, y el avión no requiere hélices para controlar la dirección y la altitud.
El primer vuelo experimental de un avión a reacción tuvo lugar en el aeródromo de Issy-les Moulineaux, cerca de París, donde muchos entusiastas de la aviación y científicos presenciaron el momento histórico. El avión de Coandă entró en la pista y se elevó hacia el cielo. Pero Coandă estuvo a punto de perder la vida probando el avión a reacción.
El avión chocó contra una pared en el borde del aeródromo y se incendió. Afortunadamente, Coandă salió expulsado del avión antes del impacto, sufriendo varias contusiones en la cara y las manos.
En 1911, Coandă inició la construcción del primer avión bimotor con una sola hélice.
Entre 1912-1914, siendo director de las fábricas «Bristol Aeroplain Company» en Gran Bretaña, Coandă diseña varios aviones «clásicos» (con hélices) conocidos como Bristol-Coandă.
Descubriendo el efecto Coanda
Una de las contribuciones más importantes de Coandă a la aeronáutica es el descubrimiento del «efecto Coandă» (o la desviación de chorros de fluido cerca de superficies curvas).
El efecto que lleva su nombre fue observado por primera vez por Coandă en 1910 durante la prueba del avión Coandă-1910, el primer avión a reacción.
A partir de este fenómeno, en 1935 diseñó un «aerodino lenticular», un avión con forma de «platillo volante». El avión despegaba y aterrizaba verticalmente, podía permanecer en el aire en un punto fijo y podía moverse a altas velocidades, con un alcance de 5.000 km.
Además, con la ayuda del «Efecto Coandă» se construyeron dispositivos médicos utilizados para la respiración artificial.
La invención del torpedo submarino.
Otro invento increíble del brillante Henri Coandă fue el torpedo submarino.
En la década de 1960, Coandă trabajó para la Fuerza Aérea de Estados Unidos y la NASA en programas de investigación secretos. Durante ese período, el rumano inventó el torpedo que podía moverse a 160 km/h, sin crear ondas, siendo indetectable por los sistemas de radar.
Pocas personas saben que el inventor rumano estudió durante muchos años la estructura y la calidad del agua potable. Así, desarrolló un pequeño dispositivo para desalinizar agua de mar. También creó un material de construcción «hormigón-madera», utilizado para decoraciones.
A lo largo de su vida, Henri Coandă obtuvo más de 250 patentes, entre ellas: la patente del «Quemador de combustible gaseoso» o la del «Dispositivo para desviar una corriente de fluido que penetra en otro fluido» (1936).
El regreso a Rumania
Henri Coandă regresó a Rumanía en 1970. Allí puso en marcha numerosos proyectos científicos importantes. En 1971, Coandă fue nombrado miembro de la Academia Rumana, pero también miembro honorario de la Real Academia Aeronáutica Británica. Además, Coandă se convirtió en miembro honorario del Centro Internacional de Investigaciones Biológicas de Ginebra, así como Doctor Honoris Causa del Instituto Politécnico de Bucarest, y a lo largo de su vida recibió numerosos premios por sus inventos.
Más interesante
El científico, académico, ingeniero, físico e inventor Henri Coandă murió el 24 de noviembre de 1972 en Bucarest.
No se puede subestimar la contribución de Henri Coandă al desarrollo de la tecnología aeronáutica. Su creación, el avión a reacción, abrió el camino para el desarrollo posterior de los aviones a reacción e influyó significativamente en el progreso de la aviación en el siglo XX.
En su honor, el aeropuerto más grande de Rumanía lleva su nombre: Aeropuerto Internacional Henri Coandă, de Bucarest.
