¿Puede un sonido matar? Bueno, sí. La Agencia Espacial Europea (ESA) tiene el arma «sónica» que puede hacerlo. Se trata de cuatro bocinas del laboratorio acústico de Esa en Noordwijk, Países Bajos, que en realidad se utilizan para probar satélites. El objetivo es ver si pueden soportar las vibraciones y la presión sonora provocadas por el ruido del lanzamiento.
Las bocinas utilizan una corriente de gas nitrógeno para producir un sonido que supera los 154 decibelios, como el que se oiría al lado del motor de un avión a reacción despegando.
Una exposición breve a esta intensidad sonora no es letal (se necesitarían 185-200 dB), aunque sí suficiente para romper los tímpanos. La exposición prolongada, por otro lado, puede matar.
¿Por qué mecanismo? Se cree que un sonido muy fuerte puede provocar que una embolia de aire viaje desde los pulmones hasta el corazón, provocando la muerte. Pero también existe la posibilidad de que los pulmones simplemente exploten debido a la presión del aire producida por el sonido asesino.
Sin embargo, no sólo los sonidos muy «fuertes» pueden causar problemas: hay pruebas de que los ultrasonidos de alta intensidad, inaudibles para el oído humano, pueden causar daños físicos. Así como algunas frecuencias muy bajas, los llamados infrasonidos (son vibraciones con una frecuencia entre 0,001Hz y 16Hz y no pueden ser escuchadas por los humanos).
La cámara acústica donde se ubica el sistema descansa sobre resortes para evitar la propagación de vibraciones en la estructura del edificio. Así, mide 11 m de ancho por 9 m de fondo y 16,4 m de alto. Sus paredes son de hormigón armado con acero de 0,5 m de espesor para retener el sonido y están recubiertas con una gruesa capa de resina epoxi para reducir la absorción acústica y aumentar la reverberación interna.
El ruido dentro de la cámara acústica se controla y regula automáticamente en tiempo real mediante un sistema de control acústico. Este control automático permite ajustes rápidos del espectro, consiguiendo el resultado deseado en menos de 30 segundos, con una tolerancia muy ajustada (<± 0,5dB en bandas de alta potencia).
Cuando el ruido es perjudicial para la salud
Sin embargo, sin alcanzar niveles letales, el ruido puede resultar perjudicial para la salud. Las estadísticas dicen que 125 millones de europeos están expuestos a niveles excesivos de ruido, lo que está relacionado con alrededor de 10.000 muertes prematuras, 43.000 hospitalizaciones y hasta 900.000 nuevos casos de hipertensión arterial cada año.
El principal contaminador acústico es el tráfico rodado, seguido (a distancia) por los ferrocarriles y los aeropuertos.
Más interesante
Para remediar la situación, Europa aprobó en 2002 una directiva que prevé, como primer paso, la creación de mapas que identifiquen las fuentes de contaminación acústica en cada territorio.
Desde 2012, la legislación europea obliga a todas las localidades de más de 100.000 habitantes a crear mapas de ruido, que identifican las zonas urbanas donde el nivel supera los 70 decibelios, pero las autoridades rumanas no tienen realmente en cuenta estas directivas.
