En el pasado, el Mar de Aral era el cuarto mar más grande del mundo y cubría una superficie de unos 68.000 km.2 entre Kazajstán y Uzbekistán en Asia Central. Incluso Alejandro Magno escribió sobre sus esfuerzos por cruzarlo. Pero hoy, el Mar de Aral es un fantasma de lo que alguna vez fue.
La razón de esta dramática transformación es la intervención humana. En la década de 1960, el gobierno soviético desvió agua de los dos ríos que alimentaban el mar de Aral para irrigar los campos de algodón y arroz de la región. Construyeron una enorme red de riego, que incluía kilómetros de canales, 45 represas y más de 80 embalses, todo para irrigar los vastos campos de algodón y trigo de Kazajstán y Uzbekistán.
Como resultado, el mar comenzó a reducirse rápidamente y, en la década de 1980, había perdido más de la mitad de su volumen.
Mar de Aral en 1985
Las consecuencias fueron devastadoras. La industria pesquera, que había sostenido a las comunidades durante siglos, colapsó y los puertos que bordeaban la costa se convirtieron en un mar de arena. Hoy en día, el Mar de Aral es conocido como el «Desierto de los Barcos Fantasma», con cascos oxidados que salpican el árido paisaje.
El impacto medioambiental del secado del mar de Aral también fue grande.
Mar de Aral – 1989 vs. 2014
El fondo marino expuesto creó un polvo tóxico que contenía sal, pesticidas y otros productos químicos (ya que el agua estaba contaminada con fertilizantes y pesticidas), lo que provocó graves problemas de salud para las personas de la región, incluidas enfermedades respiratorias y cáncer. Además, se convirtió en un desierto, lo que cambió el clima local e intensificó la desertificación en la región.
Durante años se han realizado esfuerzos para devolverle la vida al mar de Aral, con cierto éxito. Durante la última década, la parte norte del mar ha experimentado un ligero aumento del nivel del agua debido a una presa construida en el lado kazajo del mar. Sin embargo, la parte sur del mar sigue siendo un páramo.
Más interesante
Los dos ríos que alimentan la cuenca, el Amu Darya y el Syr Darya, transportan alrededor del 10 por ciento del agua que transportaban antes de los proyectos industriales soviéticos en la década de 1960 hacia el Aral.
La historia del Mar de Aral es una advertencia que nos muestra el impacto que la intervención humana puede tener en el medio ambiente. Esta tragedia se considera una de las mayores catástrofes ecológicas de la humanidad.
