Los colores de las estrellas dependen de la temperatura de su superficie y de la longitud de onda que el ojo humano puede percibir. Entonces el Sol no es amarillo como muchos saben.
El sol emite luz en una amplia gama de longitudes de onda (o colores). De hecho, lo hace en todas las partes del espectro electromagnético excepto en los rayos gamma.
El pico del espectro del Sol puede utilizarse para determinar su temperatura superficial de unos 5.500°C. Se puede utilizar el mismo procedimiento para determinar las temperaturas de la superficie de las estrellas.
Además, la longitud de onda máxima de un espectro generalmente determina el color aparente de un cuerpo.
Así, por ejemplo, las estrellas más frías aparecen rojas y las estrellas más calientes aparecen azules, con estrellas naranjas, amarillas y blancas en el medio. En el caso del Sol, el espectro alcanza su punto máximo en una longitud de onda que normalmente describiríamos como verde.
Sin embargo, en el estrecho rango del espectro visible, la cantidad de luz emitida en cada longitud de onda es casi exactamente la misma. Pero aún más importante es el hecho de que el ojo humano no percibe la luz promediando los diferentes colores del espectro.
Más interesante
Así, un exceso muy pequeño de luz verde no parece verde al ojo humano, sino blanco. El sol debería emitir sólo luz verde para que nuestros ojos lo perciban como verde.
Esto significa que el tono real del Sol es el blanco. Entonces, ¿por qué suele verse amarillo? Porque la atmósfera terrestre dispersa la luz azul de manera más eficiente que la luz roja. Este ligero déficit de luz azul hace que el ojo perciba el color del Sol como amarillo.
El sol aparece amarillo debido a nuestra atmósfera. Pero una vez que sales de la atmósfera terrestre, el Sol aparece bastante blanco.
Cuanta más luz solar atraviesa la atmósfera, más luz azul se dispersa. Por lo tanto, durante los amaneceres y atardeceres hay un porcentaje mucho mayor de luz roja en el espectro del Sol, lo que lo convierte en una vista espectacular.
Además, el Sol, visto por diferentes telescopios, cada uno de los cuales recoge luz en diferentes longitudes de onda (colores), es de un color diferente.
