Aunque son hábitats similares en algunos aspectos, el Ártico (área del Polo Norte) y la Antártida (región del Polo Sur) albergan criaturas muy diferentes. Ambos polos albergan una gran variedad de especies de focas y ballenas, pero sólo el Ártico alberga al oso más grande de la Tierra, el oso polar.
Los osos polares (Ursus maritimus) y sus cachorros se pueden encontrar alrededor del Círculo Polar Ártico en Alaska, Canadá, Groenlandia (parte de Dinamarca), Noruega, Rusia y ocasionalmente Islandia. El pelaje del oso polar está especialmente adaptado a temperaturas que pueden descender por debajo de los -30 grados centígrados. Viven en el hielo la mayor parte de su vida y se alimentan de focas ricas en grasas que las mantienen con energía durante largos períodos entre comidas.
La Antártida también tiene mucho hielo, temperaturas frías y focas. Entonces, ¿por qué no hay osos polares en el continente más austral?
La respuesta tiene que ver con la evolución y la historia geológica de la Tierra.
«Los osos son en gran medida un fenómeno del hemisferio norte», afirmó Andrew Derocher, profesor de ciencias biológicas de la Universidad de Alberta en Canadá, que ha estudiado a los osos polares durante casi 40 años. Con la excepción del oso andino (Tremarctos ornatus) en América del Sur, los osos polares se encuentran sólo en el hemisferio norte. No hay ninguna razón particular para esto, sólo que algunas especies evolucionan en ciertos lugares y otras no. Algunas especies han llegado a nuevos lugares y otras no, según livescience.com.
En el caso de los osos polares en particular, nunca ha habido un momento en su historia evolutiva en el que los polos norte y sur estuvieran conectados por hielo (o tierra, en realidad). La gente dice que los osos polares son el carnívoro terrestre más grande del mundo y, sin embargo, no son una especie terrestre en absoluto. Los grandes osos blancos viven en el hielo marino durante la mayor parte de su vida y sólo ocasionalmente salen a tierra para reproducirse.
Los osos polares son, desde un punto de vista evolutivo, una especie relativamente joven. Según los expertos, evolucionaron a partir de un ancestro común del oso pardo (Ursus arctos) hace entre 5 millones y 500.000 años.
Pero incluso entonces, los continentes estaban en posiciones similares a las actuales, por lo que los osos polares nunca tuvieron la oportunidad de viajar de un polo al otro.
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La masa terrestre más cercana a la Antártida es el extremo sur de América del Sur, que incluye Chile y Argentina. Para llegar a la Antártida, los osos polares tendrían que cruzar el Pasaje de Drake. La zona también es conocida por fuertes tormentas y mares agitados, ya que el agua fría del sur se encuentra con el agua cálida del norte.
Pero si los osos polares tuvieran la oportunidad, ¿sobrevivirían en el Polo Sur? Bueno, sí. En el Ártico, los osos polares se alimentan de focas y, ocasionalmente, de aves o huevos. Los tres abundan en la Antártida, con seis especies de focas y cinco especies de pingüinos. Además, ninguno de estos reptiles ha evolucionado para temer a los grandes depredadores terrestres.
El paisaje antártico sería una especie de buffet sueco para un oso polar, razón por la cual nadie debería traer osos polares allí. Sus apetitos voraces, combinados con la ignorancia de la fauna local sobre los grandes depredadores, probablemente conducirían al colapso ecológico. Lo mejor para el gran oso blanco es quedarse en el norte.
