Las noches en Svalbard suelen estar iluminadas por la aurora boreal. Como parte del archipiélago noruego más importante, las noches se visten de destellos esmeralda que sólo pueden verse en estas latitudes del planeta. Sin embargo, la isla no es el foco de cientos de biólogos sólo por la aurora boreal.
Por otro lado, Svalbard es uno de los refugios seguros del mundo para la biodiversidad agrícola global, ya que alberga el banco de semillas más grande del planeta. Para evitar un cataclismo global, un equipo de científicos decidió construir la «Nueva Arca de Noé», el rescate de especies vegetales más ambicioso de la historia.
Se enviaron 20 kilogramos de semillas tradicionales rumanas para su almacenamiento en la Bóveda del Apocalipsis. Los frijoles, guisantes, lentejas y judías proceden del banco de genes de Suceava.
«La Nueva Arca de Noé»: una garantía para los fundamentos de la alimentación humana
El Banco Mundial de Semillas, ubicado en el Ártico noruego, es conocido como “La Nueva Arca de Noé” o la Bóveda del Apocalipsis, en alusión al pasaje del Antiguo Testamento donde un hombre reunió a todos los animales del Jardín del Edén para salvarlos de el Gran Diluvio.
Siguiendo este llamado divino, Noé pudo salvar a todas las especies existentes de ahogarse bajo los torrentes de agua que caían del cielo. Siguiendo esta línea bíblica, Svalbard fue elegida como sede oficial del Banco Mundial de Semillas, debido al frío natural que existe en esta región del planeta.
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Durante el permafrost, las semillas de más de 4 millones de plantas se congelan para su custodia en Svalbard. Estos incluyen brotes de arroz, maíz, frijoles y patatas. Todos estos se encuentran allí en caso de que un evento catastrófico azote a la humanidad en un futuro cercano.
La idea es que todas las semillas almacenadas en el banco permanezcan allí durante cientos de años. Por esta razón, quienes trabajan por el rescate global utilizan metodologías rigurosas para conservar especies vegetales en un ambiente controlado dentro del espacio.
De esta forma, se pretende que las semillas permanezcan allí “sin cruzar ni mezclar con otras variedades”, manteniendo la identidad de cada variedad. Actualmente, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la organización internacional Global Crop Diversity Trust (CROP Trust), la Fundación Bill y Melinda Gates y el gobierno noruego están trabajando juntos para mantener segura esta garantía única
