«Los diamantes son los mejores amigos de una chica», cantaba Marilyn Monroe. Sin embargo, mucho antes, la humanidad ya estaba fascinada por estos minerales asombrosos.
Los diamantes se forman en las profundidades de la Tierra, a más de 150 kilómetros de profundidad, bajo condiciones de presión y temperatura extremadamente altas. Posteriormente, son traídos a la superficie a través de erupciones volcánicas específicas conocidas como kimberlitas. La formación de un diamante de gran tamaño es un evento raro que puede tardar entre 1000 y 3300 millones de años. Su naturaleza única y sus propiedades excepcionales los han convertido en uno de los materiales más deseados y estudiados del mundo. Por un lado, aunque son frágiles, son el material más duro que existe clasificados con un 10 en la escala de Mohs. Esto quiere decir que ningún otro material puede arañarlos, y los hace ideales para aplicaciones industriales como cortar, taladrar y moler.
Por otro lado, los diamantes tienen un alto índice de refracción, lo que les confiere su característico brillo y «fuego». La forma en que la luz interactúa con las facetas de un diamante bien tallado produce un efecto deslumbrante difícil de replicar. El valor de los diamantes depende sobre todo de los quilates, una unidad de medida utilizada para describir tanto el peso como la pureza de las gemas y los metales preciosos. Cuando se habla de gemas como diamantes, esmeraldas o rubíes, un quilate es una unidad de peso que equivale a 200 miligramos o 0,2 gramos. Esta medida está estandarizada internacionalmente y es crucial para determinar el valor de una piedra preciosa.
Desde hace siglos, los diamantes han sido símbolos de riqueza, poder y amor. Han sido parte de coronas reales, símbolos de compromiso y objetos de deseo en diversas culturas. Su escasez relativa y la dificultad para extraerlos han contribuido a su alto valor. Estos son los diamantes más grandes del mundo:
Cullinan, Sudáfrica
Sudáfrica es conocida por ser una fuente de diamantes grandes y de alta calidad. El famoso diamante «Cullinan», el diamante más grande jamás encontrado, se descubrió allí en 1905. Este gigantesco cristal tenía 3,106 quilates antes de ser cortado y procesado en 105 piedras distintas. La más grande de ellas tiene 530,2 quilates y si quieres verla, tendrás que ir a Londres, donde se encuentra incrustado en la Corona de san Eduardo, usada en la coronación de la Reina de Inglaterra, y en otras joyas del tesoro real.
Presidente Vargas, Brasil
Brasil también ha aportado piedras al panteón de los diamantes gigantes. El «Presidente Vargas», descubierto en Brasil en 1938, pesaba originalmente 726,6 quilates.
Alrosa Spectacle, Rusia
En Rusia, la mina de Alrosa ha producido varios diamantes de gran tamaño. El diamante más grande jamás tallado en Rusia es una piedra de 100,94 quilates llamada Alrosa Spectacle, que se vendó por 12,84 millones de francos suizos en la casa Christie’s de Ginebra.
Argyle Pink Jubilee, Australia
Australia es conocida por producir diamantes de colores, especialmente los rosados. El «Argyle Pink Jubilee» es el diamante rosa más grande jamás encontrado en el país, con un peso de 12,76 quilates.
Hay que tener en cuenta que muchas veces la supuesta escasez de los diamantes está parte controlada por las compañías mineras para mantener los precios altos. Tampoco podemos hablar de diamantes sin abordar las preocupaciones éticas relacionadas con la extracción en conflictos armados, también conocidos como «diamantes de sangre».
