Desde vastas extensiones de arenas ardientes hasta vastas capas de hielo, los desiertos pueden adoptar muchas formas. Pero, ¿cuáles son los desiertos fríos y calientes más grandes del planeta? ¿Y qué tipo de seres vivos pueden sobrevivir en estos lugares de temperaturas extremas?
Para responder a esta pregunta, es importante descubrir qué es exactamente lo que hace que un desierto sea un desierto. Según Jonathan Wille, meteorólogo antártico y climatólogo de la Universidad de Grenoble, Francia, cualquier región que reciba menos de 25 centímetros de precipitación al año se considera desierto.
Si se consideran todas estas regiones, la Antártida se considera el desierto frío más grande de la Tierra y el Sahara es el desierto cálido más grande.
Con una superficie de 14,2 millones de kilómetros cuadrados, la Antártida es el desierto más grande del mundo. Se cree que algunas regiones de la Antártida, como los valles secos de McMurdo, no han recibido lluvia durante 14 millones de años. Esta falta de precipitaciones se genera por una combinación de factores, como temperaturas frías, montañas cercanas que bloquean las nubes y fuertes vientos que absorben la humedad del aire.
Incluso para ser un desierto, esta región es extremadamente seca. Los Valles Secos de McMurdo no están cubiertos de nieve ni de hielo, salvo algunos lagos que están permanentemente congelados. Pero en esa zona no está completamente desierta. Hay microbios, musgos y líquenes que pueden tolerar las duras heladas.
La Antártida tiene sólo dos ríos principales, el río Alph y el río Onyx. Este último es el más largo de la Antártida, con una longitud de sólo 30 km. En comparación, el río Nilo tiene 6.650 kilómetros de largo. La Antártida no sólo es el desierto más grande del mundo, sino también uno de los grandes desiertos más antiguos, que se formó hace 23 millones de años.
Pero cuando la mayoría de la gente piensa en desierto, piensa en calor. El desierto del Sahara, que se extiende por el norte de África, es exactamente lo opuesto a la Antártida. Mide 9,2 millones de kilómetros cuadrados. La temperatura más alta jamás registrada en la Tierra se produjo en el desierto del Sahara en septiembre de 1922 en Libia. La temperatura era de 58°C.
Pero si bien algunos pueden percibir este desierto como un páramo, es sorprendentemente diverso. Este desierto revela una variedad de características geográficas y formas de vida.
Los diversos paisajes del Sahara incluyen no sólo las famosas dunas de arena, sino también terrenos rocosos, salinas, montañas y sabanas que pueden incluso tener agua. En el pasado ha habido cambios drásticos en el clima del desierto, lo que ha resultado en una gran biodiversidad en diferentes regiones del desierto.
En los desiertos, donde las temperaturas son extremadamente altas, las criaturas de sangre fría prosperan porque su temperatura corporal se ajusta a la temperatura del entorno a medida que pasan de la abrasadora luz del sol a las frescas madrigueras.
Algunos reptiles y anfibios también pueden hibernar durante períodos de sequía. Además de lagartos, serpientes, escorpiones, escarabajos y hormigas, e incluso algunas ranas y sapos, el Sahara también alberga mamíferos y aves. Antílopes, camellos, guepardos, avestruces y zorros del desierto son sólo algunos de los animales de sangre caliente que pueden sobrevivir en el Sahara.
Aunque los desiertos actuales parecen inmensos, el desierto más grande del planeta fue el interior de Pangea, un supercontinente que existió hace entre 300 y 150 millones de años. El desierto allí pudo haber sido hasta siete veces más grande que el actual desierto antártico.
El desierto más grande del sistema solar es probablemente la superficie del planeta Venus. La atmósfera de Venus tiene sólo un 0,002% de vapor de agua. El de la Tierra es aproximadamente el 1%. La superficie de Venus tiene temperaturas que superan los 460 °C.
