A finales del siglo XIX, los arqueólogos descubrieron una punta de flecha de la Edad del Bronce en Mörigen, en la zona del lago Biel, en Suiza. Desde entonces, este artefacto de 3.000 años de antigüedad forma parte de la colección del Museo de Historia de Berna.
Ahora, un nuevo análisis muestra que el objeto no es una punta de flecha cualquiera: se formó a partir de un meteorito que se estrelló contra la Tierra hace 3.500 años, según un estudio publicado en la edición de septiembre del Journal of Archaeological Science.
«Por fuera parece una típica punta de flecha cubierta de óxido», dijo Beda Hofmann, autora principal del estudio y directora y curadora de mineralogía y meteoritos en el Museo de Historia Natural de Berna. Su análisis mostró que «todavía hay mucho metal retenido», dijo.
Varios métodos, incluida la tomografía de rayos X (imágenes computarizadas) y la espectrometría gamma (un proceso que detecta materiales radiactivos que emiten rayos gamma), demostraron que la punta de flecha del tamaño de la palma de la mano contenía no sólo isótopos indetectables de aluminio-26 que se encuentran naturalmente en la Tierra, sino también también restos de una aleación de hierro y níquel, compatibles con meteoritos, según el estudio.
El análisis también reveló marcas de molienda que quedaron cuando el meteorito se convirtió en una punta de flecha, así como restos de alquitrán, que probablemente se usó para unir la punta al eje de la flecha, según un comunicado.
Al principio, los científicos pensaron que el artefacto estaba relacionado con el sitio del meteorito Twannberg, de 170.000 años de antigüedad, a menos de 8 kilómetros de donde se descubrió la punta de flecha. Sin embargo, un estudio posterior demostró que los niveles de concentración de níquel y germanio en la punta de flecha no coincidían.
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Beda Hofmann y sus colegas hicieron referencia a una base de datos geológica que mostraba que el sitio del meteorito Kaalijarv en Estonia, ubicado a más de 2.250 km de distancia, contenía metales similares al artefacto y que la punta de flecha provenía de un meteorito de 2 toneladas (1.800 kilogramos).
Esto llevó a los científicos a concluir que lo más probable es que la punta de flecha haya sido comercializada en algún momento.
«Está bien documentado que en la Edad del Bronce el comercio estaba bien establecido a largas distancias», afirma Hofmann. «Estas primeras personas probablemente sabían que cuando el meteorito cayó allí en el año 1500 a. C., su material era precioso y de gran valor».
Incluso hoy en día, las puntas de flecha hechas de meteoritos son extremadamente raras: sólo se han encontrado 55 objetos conocidos en Eurasia y África en 22 sitios.
