Se conocen pocos detalles sobre la vida de Arquímedes, pero son suficientes para ser considerado uno de los científicos más importantes de la Antigüedad, o más bien el primer gran filósofo-ingeniero de la historia.
Sus inventos, útiles en todo tipo de disciplinas, permitieron grandes avances en las matemáticas e incluso en el campo de la guerra.
Arquímedes fue una figura clave en el diseño de innovadoras máquinas y armas de asedio, a partir de los espejos de Arquímedes -un interesante invento, también conocido como ‘rayo de la muerte’, con el que se podía quemar una flota entera reflejando los rayos del sol en los espejos-. a la garra de Arquímedes.
Esta última era un arma de asedio diseñada para defender la ciudad de Siracusa de los ataques romanos, especialmente en el lado de la muralla que daba al mar.
Mientras que el científico diseñó el llamado tornillo de Arquímedes, que reforzaba las medidas de seguridad de los barcos, la garra hizo exactamente lo contrario.
Se trataba de una máquina militar, descrita por escritores y expertos como una especie de mecanismo parecido a una grúa con un gancho para colgar, fabricado de acero.
La garra probablemente fue activada por una palanca gigante que podía levantar un barco y luego tirarlo hacia abajo y hundirlo.
Según interpretaciones visuales del invento a lo largo de la historia, esta temible máquina habría sido como un gran brazo de acero, suspendido de la pared del lugar asediado, elevándose por encima de cada barco para darles una siniestra bienvenida.
Barcos hundidos
Esto provocó todo tipo de catástrofes para los barcos romanos enemigos: «Muchos de los barcos zozobraron y volcaron de costado, algunos zozobraron por completo», cuenta el historiador Polibio en sus Historias.
Estas máquinas, llamadas garras de hierro, fueron ampliamente utilizadas durante la Segunda Guerra Púnica, la segunda de las tres guerras libradas entre Cartago y Roma.
Siracusa, una ciudad griega en Sicilia, estaba en plena guerra: la ciudad estaba sitiada por los romanos, bajo el mando de Marco Claudio Marcelo. Por su posición geográfica, la ciudad de Siracusa fue considerada un territorio estratégico en la mencionada guerra.
Más interesante
A medida que la flota romana se acercaba a la ciudad, la Garra de Arquímedes sirvió como un asalto decisivo contra el enemigo incluso antes de que el ejército romano llegara a tierra, por lo que Livio señaló, al igual que Polibio, que muchas de las pérdidas romanas se debían a estas armas militares. así como a las catapultas también diseñadas por Arquímedes.
