Las suposiciones sobre el universo en el que vivimos nunca dejan de fascinarnos. Desde especulaciones sobre invasiones extraterrestres, simulaciones del universo y civilizaciones interestelares, estos temas son acaloradamente debatidos por los entusiastas del misterio.
Los extraterrestres pueden haber creado nuestro universo, según un investigador
El astrónomo Avi Loeb de la Universidad de Harvard plantea una hipótesis que podría parecer sacada de una novela de ciencia ficción. Especula que nuestro universo pudo haber sido creado en un laboratorio intergaláctico por una civilización muy avanzada.
Su hipótesis une la religión y la física. La imagen que evoca es la de una entidad superior, una fuerza secular capaz de guiar nuestro destino, pero no a través de la intervención divina, sino a través del prisma de la gravedad cuántica.
Esta hipótesis depende de la capacidad de esa civilización para combinar la mecánica cuántica con la teoría de la relatividad, algo que los investigadores en la Tierra no han podido hacer.
La hipótesis de Loeb también pone de relieve un nuevo método de clasificación de las civilizaciones avanzadas. Este se diferencia del sistema propuesto en 1964 por el astrofísico soviético Nikolai Kardashev, basado en el nivel de energía utilizado. El sistema de Loeb se centra en la capacidad de una civilización para recrear las condiciones de su existencia.
Según la antigua clasificación de Kardashev, las civilizaciones de Tipo I, como la de la Tierra, explotan la energía de su estrella cercana. Las civilizaciones de tipo II podrían capturar toda la energía emitida por la estrella, mientras que las civilizaciones de tipo III controlarían toda la energía de una galaxia.
La clasificación alternativa de Loeb nos sitúa a los terrícolas en la categoría de civilización de Clase C. Afirma que no poseemos la tecnología para recrear las condiciones de vida cuando el Sol complete su ciclo.
Por el contrario, las civilizaciones de clase B tendrían la capacidad de recrear sus condiciones de vida independientemente de su estrella anfitriona. En la cima de esta jerarquía estarían las civilizaciones de Clase A, que podrían generar cantidades significativas de energía oscura y crear «microuniversos». Esta civilización podría incluso contribuir al surgimiento de vida en los pequeños universos creados.
Según Loeb, todas las civilizaciones inteligentes de la galaxia han intentado hacer esto, pero debido a la competitividad, sólo una ha alcanzado este nivel.
Tales suposiciones ponen en duda nuestra percepción de las civilizaciones avanzadas e incluso nuestra propia existencia. ¿Estamos viviendo en una simulación cósmica? ¿Es la Tierra como un escenario de teatro y los extraterrestres son espectadores?
