Rumania está orgullosa de las personas que han cambiado el mundo. Ana Aslan, Sarmiza Bilcescu (la primera abogada de Europa), Nicolae Păulescu, Henri Coandă y muchos otros. La lista es larga, pero esta lista también incluye a Sofia Ionescu Ogrezeanu, la primera mujer neurocirujana del mundo. Su destino profesional estuvo determinado por un caso de emergencia extrema de un niño herido en la Segunda Guerra Mundial.
Nacida el 25 de abril de 1920 en Fălticeni, Sofia Ionescu Ogrezeanu asistió a la escuela primaria en Fălticeni. Su padre, Constantin Ogrezeanu, era cajero en BNR Fălticeni, y su madre, Maria, ama de casa.
Después de estudiar los primeros seis grados en la Escuela Secundaria de Niñas en Fălticeni y los dos últimos en la Escuela Central de Niñas «Marica Brâncoveanu» en Bucarest, Sofia Ionescu Ogrezeanu se matriculó en la Facultad de Medicina Humana en 1939.
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Si bien realizó su primer internado en el departamento de oftalmología, en 1943 ingresó al Servicio de Neurocirugía del Hospital núm. 9, donde formó parte del primer equipo de neurocirujanos.
Miembro del equipo dorado, junto con el Dr. Constantin Arseni, Ionel Ionescu (su futuro esposo) y el Dr. Dimitrie Bagdasar, el fundador de la neurocirugía rumana, la primera neurocirujana del mundo se enamora irremediablemente de esta disciplina.
Sofia Ionescu Ogrezeanu y su primera operación cerebral
En 1944, en el quinto año de la universidad, Sofia Ionescu Ogrezeanu realizó su primera operación cerebral. El paciente era un niño herido en un bombardeo. La intervención de Sofía fue reconocida como estreno mundial por el Congreso Mundial de Mujeres Neurocirujanas en 2005.
Por sus méritos especiales, Sofia Ionescu Ogrezeanu, la primera mujer neurocirujana, recibió la insignia de la Cruz Roja, desde el momento en que estaba en la facultad.
Sofia Ionescu Ogrezeanu luego se casó con el doctor Ionel Ionescu. Siendo ambos médicos, Sofía e Ionel prácticamente vivían en el hospital.
Durante siete años, ellos, junto con otros médicos, brindaron guardia las 24 horas, y en los primeros 15 años de matrimonio, los dos cónyuges no sabían lo que significaban las vacaciones.
Sofia Ionescu Ogrezeanu ejerció la medicina en el Hospital No. 9 de la Capital hasta 1990.
Se retiró porque su vista ya no la ayudaba a operar. Salvó cientos de vidas. Entre sus pacientes también se encontraban personajes ilustres, como el marido de Marie-Tănase, la esposa de Gheorghe Gheorghiu-Dej o una de las esposas de Sheikh Zaed-Bin (Sultán de Nohaian de Abu-Dhabi).
